Actualmente se desechan, por inservibles o antieconómicos,
grandes cantidades de residuos que terminan incinerándose o enterrándose, como
por ejemplo ocurre con el PVB (Butiral
de Polivinilo). Conscientes de la importancia de ofrecer productos sostenibles y
de dar utilidad y aplicación industrial a la gran cantidad de residuos que se
generan actualmente, el Laboratorio del Plástico Reciclado dedica la mayor parte de su actividad a elaborar
procedimientos de recuperación y reciclado, contribuyendo a la sostenibilidad
de los recursos y generando actividad económica, siendo el PVB uno de esos
materiales y principal objeto de su investigación.
El PVB es un termoplástico, sintetizado por primera vez en
los años 30 del siglo XX con el objetivo principal unir láminas de vidrio
(vidrios de seguridad, parabrisas, ventanas,...)
En su momento se desarrolló para proporcionar un “cristal
de seguridad de alto rendimiento” y en la actualidad, gracias a sus
propiedades adherentes y de transparencia, es el material más idóneo para unir
dos hojas de vidrio, permitiendo la transmisión de esfuerzos entre ellos pero
absorbiendo la energía derivaba de la propagación de la grieta que termina por unirlos
como uno solo.
Gracias a la enorme afinidad entre los grupos polares de la
molécula de PVB y los del vidrio, la autoadhesión entre láminas consigue una alta capacidad de absorción de
impactos, y en caso de rotura del vidrio, impide el desprendimiento de
fragmentos. Así mismo, su gran resistencia al desgarro lo hace apropiado para
impedir la propagación de grietas.
Por ello, sus principales aplicaciones son las lunas de
vehículos, vidrios de seguridad, ventanas, escaparates y todos aquellos vidrios
que puedan presentar un riesgo a las personas si rompen.
La fabricación de parabrisas es el proceso industrial que
consume más lámina de PVB y uno de los que más genera su residuo con el fin de
vida de los vehículos. Cabe resaltar que actualmente se calcula que entre 6 y 7 millones de vehículos son
desechados cada año en Europa (según datos de la Comisión Europea - eurostat 2012) y que en
España esta cifra alcanza los 680.000 vehículos al año que hasta 2010 tenía un incremento anual
del 6%.
Además, el cumplimiento de la Directiva Europea 2000/53/EC
establece que el nivel de aprovechamiento de los vehículos fuera de uso (VFU) debe de superar el 95% (85% en
piezas y materias + un 10% en desechos energéticos) de ahí el hincapié en
reciclar cuantas más partes mejor. Los
parabrisas, que constituyen el 3% del material total en los vehículos al
finalizar su vida útil, suponen un residuo en Europa de unas 200.000
toneladas anuales (con un promedio de 1Kg de PVB por cada parabrisas), es
decir, una gran cantidad de residuo que no ve más salida que la incineración
Hoy en día empresas como Shark Solutions/Interface y el CentroTecnológico Lurederra han conseguido reciclar esta lámina adherente de
PVB presentándolo en forma de polvo, de disolución líquida o de granza, aunque
no todas ellas han conseguido proporcionar una aplicación directa de este
material reciclado.
Shark Solutions/Interface
han conseguido aplicar el residuo de PVB para la producción de losetas de
pavimento textil (moquetas), sustituyendo la capa intermedia conocida como precoat
(fabricada anteriormente con látex sintético) por un “composite especial de
PVB-Reciclado” el cual, permite una excelente adhesión del hilo con el
compuesto de soporte.
Por otro lado el Laboratorio del Plástico Reciclado ha
conseguido desarrollar un proceso físico-químico de recuperación y limpieza de
PVB utilizando productos biodegradables y sin residuos de proceso, siendo
capaces de proporcionar también, PVB-Reciclado en granza, triturado o
micronizado para transformarlo en maquinaria convencional de inyección de
plásticos o extrusoras de laminación (admitiendo diferentes niveles de carga
mineral, carbonato de calcio, talco, etc...).
Además, este año ha abierto una línea
de investigación conjuntamente con RDS7.7 y Sirius Prototypes para
ofrecer nuevas alternativas de productos empleando las nuevas tecnologías de
fabricación aditiva. Esperando así, con un esfuerzo conjunto, proporcionar
productos que aseguren necesidades presentes sin comprometer necesidades
futuras.